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Varios alumnos posan en una de las naves de la fábrica mientras exploran el espacio para decidir cómo retratarlo.
PONTESA
El proyecto de Pontesa surge a partir de una iniciativa de A Bao A Qu en colaboración con el CGAI en el año
2012. El programa de Fotografía en Curso coordina una serie de talleres de fotografía participativa con
centros de secundaria en Galicia en los que los estudiantes desarrollan proyectos fotográficos en su
localidad para documentar su historia y entrar en contacto con la disciplina fotográfica desde un punto de
vista didáctico para fomentar la sensibilidad artística y el trabajo en equipo de los chavales.
Pontesa, lembranzas dunha fábrica es el resultado de un proceso de observación, investigación histórica,
procura fotográfica, reflexión y edición de contenidos elaborado por los estudiantes del CPI Manuel Padín
Truiteiro de Arcade (Soutomaior). Entre los meses de febrero y abril de 2014, los 17 alumnos del centro
retrataron el espacio de la antigua fábrica de Pontesa coordinados por algunos de sus profesores y por
una fotógrafa encargada de guiarlos en el proceso.
La idea principal y vertebradora del proyecto es no solo rescatar del olvido el pasado industrial del pueblo
de Arcade, sino también poner en valor lugares que resumen múltiples historias, vivencias y recuerdos de
una villa cargada de leyenda en la que una fábrica de cerámica ha determinado el desarrollo de la zona y la
vida de todos sus habitantes, muchos de ellos antiguos trabajadores de Pontesa, y que hoy forma parte de
sus memorias.
2012. El programa de Fotografía en Curso coordina una serie de talleres de fotografía participativa con
centros de secundaria en Galicia en los que los estudiantes desarrollan proyectos fotográficos en su
localidad para documentar su historia y entrar en contacto con la disciplina fotográfica desde un punto de
vista didáctico para fomentar la sensibilidad artística y el trabajo en equipo de los chavales.
Pontesa, lembranzas dunha fábrica es el resultado de un proceso de observación, investigación histórica,
procura fotográfica, reflexión y edición de contenidos elaborado por los estudiantes del CPI Manuel Padín
Truiteiro de Arcade (Soutomaior). Entre los meses de febrero y abril de 2014, los 17 alumnos del centro
retrataron el espacio de la antigua fábrica de Pontesa coordinados por algunos de sus profesores y por
una fotógrafa encargada de guiarlos en el proceso.
La idea principal y vertebradora del proyecto es no solo rescatar del olvido el pasado industrial del pueblo
de Arcade, sino también poner en valor lugares que resumen múltiples historias, vivencias y recuerdos de
una villa cargada de leyenda en la que una fábrica de cerámica ha determinado el desarrollo de la zona y la
vida de todos sus habitantes, muchos de ellos antiguos trabajadores de Pontesa, y que hoy forma parte de
sus memorias.
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Foto de archivo de la nave de Pontesa en los años 60.
En el año 1961 nace al fondo de la ría de Vigo Alfares Ponte Sampaio, más conocida como Pontesa. La
creación de la fábrica coincide con la finalización del período autárquico y la apertura al exterior del
régimen de Franco.
creación de la fábrica coincide con la finalización del período autárquico y la apertura al exterior del
régimen de Franco.
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Foto de archivo que ilustra el relleno que se hizo sobre la ría de Vigo para construir la fábrica. Pontesa está construida sobre un terreno ganado al mar.
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Foto de archivo. Los obreros trabajan en la construcción de la fábrica en el año 1960.
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Foto de archivo. Un grupo de obreros trabajan en la construcción del suelo de la fábrica.
La fábrica de Pontesa forma parte de un conglomerado industrial muy potente que tiene su sede en Vigo:
Manuel Álvarez e Hijos S.L. Gracias a las buenas relaciones de su propietario Manuel Álvarez O’Farril, el
grupo GEA (como posteriormente se llamó al conglomerado industrial) se convirtió en el grupo más
importante de España en el sector que fabricaba loza de cerámica, porcelana y cristal.
En un contexto histórico de aperturismo económico, GEA comienza a importar maquinaria y equipos
extranjeros que servirán para modernizar las fábricas de Arcade, Vigo, Coruxo, Porriño y Santander. Además
de las fábricas, el grupo GEA llega a tener más de 30 puntos de venta en España. Referente nacional e
internacional, en su época de máximo esplendor el grupo GEA llega a emplear a más de 5.000 personas.
Manuel Álvarez e Hijos S.L. Gracias a las buenas relaciones de su propietario Manuel Álvarez O’Farril, el
grupo GEA (como posteriormente se llamó al conglomerado industrial) se convirtió en el grupo más
importante de España en el sector que fabricaba loza de cerámica, porcelana y cristal.
En un contexto histórico de aperturismo económico, GEA comienza a importar maquinaria y equipos
extranjeros que servirán para modernizar las fábricas de Arcade, Vigo, Coruxo, Porriño y Santander. Además
de las fábricas, el grupo GEA llega a tener más de 30 puntos de venta en España. Referente nacional e
internacional, en su época de máximo esplendor el grupo GEA llega a emplear a más de 5.000 personas.
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Foto de Iria Garrido, alumna del taller, que para retratar el espacio industrial se centra en la peculiar curva que tiene la nave, que le otorga una personalidad
propia a la fábrica. Este detalle la caracteriza y la diferencia del resto de fábricas del grupo GEA.
propia a la fábrica. Este detalle la caracteriza y la diferencia del resto de fábricas del grupo GEA.
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Foto de Nicolás Cabaleiro, alumno del taller. En la actualidad la fábrica está totalmente abandonada, de la que solo queda la estructura del edificio como
rastro y prueba de la que fue una de las fábricas más importantes de España.
rastro y prueba de la que fue una de las fábricas más importantes de España.
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Foto de archivo. En la imagen se ve la entrada a la fábrica llena de trabajadores el acto de inauguración en el año 1961.
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Foto de archivo. Vista general de Pontesa en la Navidad del año 1961, año de su nacimiento.
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Foto de archivo. Varias trabajadoras durante la comida que se organizó con motivo de la inauguración de la fábrica en 1961.
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Foto de archivo. Una gran cantidad de mujeres trabajaba en la fábrica policromando a mano las piezas de cerámica y porcelana. El trabajo de las mujeres era
imprescindible en la cadena de producción debido a la delicadeza y a la sensibilidad que requería el trabajo artesanal de policromar la cerámica.
imprescindible en la cadena de producción debido a la delicadeza y a la sensibilidad que requería el trabajo artesanal de policromar la cerámica.
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Foto de Eva Vidal, alumna del taller. Eva retrató a su tía Elsa Caramés. Una de las tareas principales del taller fue la de retratar a los antiguos trabajadores de
la fábrica, todos ellos familiares de los alumnos. Elsa trabajó durante 18 años en la sección de montaje y por sus manos pasaron miles de tazas.
la fábrica, todos ellos familiares de los alumnos. Elsa trabajó durante 18 años en la sección de montaje y por sus manos pasaron miles de tazas.
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Fotos de Eva Vidal de su tía Elsa Caramés. La experiencia de retratar a sus familiares fue muy intensa y muy emotiva para ambos. Para los alumnos por descubrir
historias de sus familiares que no concían y para los trabajadores porque no habían vuelto a entrar en la fábrica desde que cerró sus puertas definitivamente, en el año 2002.
historias de sus familiares que no concían y para los trabajadores porque no habían vuelto a entrar en la fábrica desde que cerró sus puertas definitivamente, en el año 2002.
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Gonzalo Miñán retratado por su nieta Clara Miñán. Gonzalo Miñán, mecánico en Pontesa, posa en lo que fue durante muchos años su espacio de trabajo,
hoy totalmente vacío.
hoy totalmente vacío.
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Chalo reatratado por su nieta Clara Miñán en las instalaciones de la fábrica.
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Foto de archivo. El 14 de Septiembre de 1961 los trabajadores de Pontesa junto a su propietario y otras personalidades de la época, recibían la visita del
dictador Francisco Franco.
dictador Francisco Franco.
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Foto de archivo. La visita de Franco a la fábrica de Pontesa fue todo un acontecimiento en Arcade. En la imagen se ve como todos los trabajadores dan la
bienvenida al dictador.
bienvenida al dictador.
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Foto de archivo. Manuel Álvarez O’Farril, propietario de Pontesa, muestra las instalaciones de la fábrica a Franco.
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Noticia de hemeroteca del diario La Voz de Galicia.
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Noticia de hemeroteca.
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Foto de archivo. Vista aérea de Pontesa en el año 2008.
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Fotos de Celia Martínez, Iria Garrido y Miguel Ángel Gómez, alumnos del taller. Algunos fotógrafos se centraron en los espacios vacíos de
Pontesa para retratar la atmósfera de abandono que se respira en la fábrica en la actualidad.
Pontesa para retratar la atmósfera de abandono que se respira en la fábrica en la actualidad.
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Foto de Miguel Soto. El abandono del espacio está presente en cada rincón de la fábrica. En la actualidad solo queda la estructura de la nave y al pasear por el edificio
cuesta creer que no hace mucho fue un lugar repleto de vida. Pontesa pasó de ser una de las fábricas más prolíficas de España a ser un auténtico cadáver industrial.
cuesta creer que no hace mucho fue un lugar repleto de vida. Pontesa pasó de ser una de las fábricas más prolíficas de España a ser un auténtico cadáver industrial.
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Composición fotográfica elaborada con imágenes de todos los participantes del taller. Además de los espacios vacíos y los retratos de los trabajadores, parte
del trabajo en equipo consistió en realizar un mosaico con los distintos restos que todavía quedan en la fábrica.
del trabajo en equipo consistió en realizar un mosaico con los distintos restos que todavía quedan en la fábrica.
Los talleres de fotografía participativa se plantean con varios fines que, combinados de una forma equilibrada,
generan un espacio de creación muy potente. Cuando realizas un taller de fotografía participativa los
objetivos son claros: aprender fotografía, entender el funcionamiento y las posibilidades de la cámara
fotográfica como una herramienta de comunicación, compartir una experiencia y fomentar el trabajo en
equipo. Por otro lado, también es esencial entender la fotografía como un juego con el que divertirse creando
imágenes, así es como realmente conectan los chicos con la fotografía.
El taller de Pontesa fue una gran experiencia debido a la implicación de todas las partes, por un lado los
alumnos, por otro los profesores del centro y por último mi labor de coordinación del taller. Entre todos hemos
conseguido generar un espacio de conocimiento y de exploración muy inspirador y enriquecedor donde los
alumnos han desarrollado su creatividad y sus habilidades visuales en torno a un espacio conocido por todos
y desconocido al mismo tiempo. En el desarrollo de estas actividades es donde se evidencia el poder evocador
y documental de la fotografía, que se enriquece enormemente al juntar la diversidad de miradas que tiene cada
alumno para componer un puzzle donde todas las piezas son esenciales para contar una misma historia.
generan un espacio de creación muy potente. Cuando realizas un taller de fotografía participativa los
objetivos son claros: aprender fotografía, entender el funcionamiento y las posibilidades de la cámara
fotográfica como una herramienta de comunicación, compartir una experiencia y fomentar el trabajo en
equipo. Por otro lado, también es esencial entender la fotografía como un juego con el que divertirse creando
imágenes, así es como realmente conectan los chicos con la fotografía.
El taller de Pontesa fue una gran experiencia debido a la implicación de todas las partes, por un lado los
alumnos, por otro los profesores del centro y por último mi labor de coordinación del taller. Entre todos hemos
conseguido generar un espacio de conocimiento y de exploración muy inspirador y enriquecedor donde los
alumnos han desarrollado su creatividad y sus habilidades visuales en torno a un espacio conocido por todos
y desconocido al mismo tiempo. En el desarrollo de estas actividades es donde se evidencia el poder evocador
y documental de la fotografía, que se enriquece enormemente al juntar la diversidad de miradas que tiene cada
alumno para componer un puzzle donde todas las piezas son esenciales para contar una misma historia.
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Alumnos del CPI Manuel Padín Truiteiro que participaron en el taller de fotografía.
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Imagen de archivo. Empleadas de la fábrica de Pontesa durante su jornada laboral, caracterizada por muchas horas de trabajo y por una producción en
cadena que requería mucha concentración.
cadena que requería mucha concentración.
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Imagen de archivo que pertenece a la inauguración del puente y de la carretera nacional que supondría un acceso directo a la fábrica. Ya en los años 60 se
apreciaba en España una gran predilección por las inauguraciones y los actos institucionales con multitud de personalidades deseosas de salir en la foto.
apreciaba en España una gran predilección por las inauguraciones y los actos institucionales con multitud de personalidades deseosas de salir en la foto.
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Imagen de archivo. Mujeres trabajadoras de la fábrica en los años 60.
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Imagen de archivo. Un grupo de mujeres celebran un cumpleaños en las instalaciones de la fábrica en los años 80.
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Imagen de archivo. Publicidad gráfica de la cerámica de Pontesa en una publicación extranjera orientada a un público anglosajón.
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Felicitación de Navidad enviada a los empleados de la fábrica en el año 1968.
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Foto incluida en el anverso de la postal de Navidad enviada a los empleados de la fábrica en el año 1977.
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Texto escrito en el reverso de la tarjeta postal enviada a los empleados de la fábrica en la Navidad del año 1977.
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Foto de archivo. Empleados de Pontesa en los años 60.
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Foto de archivo. En esta foto, tomada en el Valle de los Caídos, en el Escorial, vemos a los representantes sindicales de distintas empresas que asistieron a
un cursillo promovido por el secretario de asuntos sociales. Juan Campos era el representante sindical de Pontesa, que aparece enmarcado en la foto.
un cursillo promovido por el secretario de asuntos sociales. Juan Campos era el representante sindical de Pontesa, que aparece enmarcado en la foto.
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Carlos García retratado por su nieta Aldara, alumna del taller. Su abuelo trabajó durante 30 años como mecánico en Pontesa.
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María Duarte retratada por su nieta Martina en el lugar donde trabajó durante 18 años. En la actualidad es una nave vacía, pero justo donde se encuentra ella
trabajaban varias mujeres en la sección de cromado y fileteado.
trabajaban varias mujeres en la sección de cromado y fileteado.
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Eloy Ocampo retratado por su nieta Jessyca. Eloy trabajó durante 4 años pintando líneas de oro sobre la loza de Pontesa.
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Fotos de Eva Vidal (1, 2), Miguel Soto (3) y Jessyca Ocampo (4) que ilustran los exteriores de la fábrica en la actualidad.
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Foto de Marta Moreiras. Los alumnos exploran el espacio abandonado de la fábrica de Pontesa durante una de las sesiones del taller de fotografía.
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Foto de Iria Garrido. Vista de la entrada en la fábrica por la que los trabajadores transitaban cada día para fichar su entrada y su salida. Los empleados
recuerdan haber hecho jornadas laborales de más de 14 horas diarias en los años 60 y 70.
recuerdan haber hecho jornadas laborales de más de 14 horas diarias en los años 60 y 70.
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Foto de Miguel Soto. La superficie curva que tiene la nave al final de la fábrica es un detalle característico que se convirtió en el sello de identidad de Pontesa.
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Cartel de la exposición fotográfica que realizaron los alumnos al finalizar el taller en el centro cultural de Arcade.
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Sesión de edición con los alumnos del material fotografiado en la fábrica. Mayo 2014.
Este taller ha sido posible gracias al apoyo institucional y a la gran implicación de todos los profesores del
CPI Manuel Padín Truiteiro, en especial la profesora que coordinó todo el proyecto Pontesa, Ana Aguiar
Hormías. Gracias a esta experiencia se demuestran varias cosas que no debemos pasar por alto:
- La fotografía tiene una gran capacidad didáctica y es una herramienta de comunicación universal muy eficaz.
- Es posible combinar aprendizaje y diversión en una misma actividad para conseguir un producto creativo y
a la vez crítico que documente la historia de un espacio abandonado a través de imágenes y texto.
- La fotografía es un vehículo adecuado que sirve para poner en valor espacios, lugares y personas que forman
parte de nuestro entorno.
- La imagen fotográfica ayuda a desarrollar la mirada, la capacidad creativa y el trabajo en equipo y colaborativo.
Este proyecto ha sido posible gracias a:
CPI Manuel Padín Truiteiro, en especial la profesora que coordinó todo el proyecto Pontesa, Ana Aguiar
Hormías. Gracias a esta experiencia se demuestran varias cosas que no debemos pasar por alto:
- La fotografía tiene una gran capacidad didáctica y es una herramienta de comunicación universal muy eficaz.
- Es posible combinar aprendizaje y diversión en una misma actividad para conseguir un producto creativo y
a la vez crítico que documente la historia de un espacio abandonado a través de imágenes y texto.
- La fotografía es un vehículo adecuado que sirve para poner en valor espacios, lugares y personas que forman
parte de nuestro entorno.
- La imagen fotográfica ayuda a desarrollar la mirada, la capacidad creativa y el trabajo en equipo y colaborativo.
Este proyecto ha sido posible gracias a:
